jueves, 20 de octubre de 2011

FOUR LIONS (Reino Unido, 2010)


Los Monty Python, y antes que ellos Spike Milligan, sentaron las bases de la comedia inglesa contemporánea. En este terreno son pocos los humoristas que han conseguido mantener su talento intacto compaginando cine y televisión siendo uno de ellos Chris Morris, creador de los programas televisivos “The day today” o “Brass eye” altamente sensacionalistas y controvertidos. Su salto al cine con “Four lions”, comedia de un atrevimiento insólito basada en la yihad, no desmerece en absoluto de su trayectoria anterior.

Si entendemos como post comedia aquella en la que “(…) el género pierde su tradicional objetivo- espolear la risa- para colocar en primer término algo que había actuado como sustrato de la comedia cinematográfica desde sus orígenes: su potencial para el discurso reflexivo, la indagación incómoda y el desciframiento de lo humano, (…)” (Jordi Costa, Una risa nueva, Naussícáä 2010), “Four lions” es sin duda un buen exponente de esta categoría. Mofarse de las actividades terroristas de un grupo islámico parece de entrada un planteamiento indecente, pero lo cierto es que tamaña osadía logra provocar en el espectador angustia, confusión y carcajada en la misma proporción. Políticamente incorrecto, Chris Morris se burla de la guerra santa, de la policía británica… y de la vida en general, haciéndonos partícipes de su jolgorio y de su amargura.
El casting es perfecto. Riz Ahmed, Kayvan Novak, Nigel Lindsay, Adeel Akhtat y Arsher Ali construyen los personajes que componen el grupo violento protagonista, y los caracteres resultantes son una mezcla de distracción, disparate y humanidad prodigiosa. La película está además muy bien ambientada, con lo poco agradecidas que son este tipo de ambientaciones en las que parece no haberse intervenido en absoluto.

“Four lions” es una película perversa con momentos desternillantes, explosiva combinación que  no solo hace volar por los aires ovejas y hombres, sino muchas de nuestras convicciones.
Quedémonos con la imagen de los fanáticos cantando hasta desgañitarse “Dancing in the moonlight” mientras se empeñan en destruir el mundo occidental.

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