martes, 3 de julio de 2012

LAS CHICAS DE LA 6ª PLANTA (“Les femmes du sixième étage”, Francia, 2010).

De género ecléctico, el director Philippe Le Guay se decanta en esta ocasión por narrar la historia de un grupo de españolas que emigran a Francia en los años 60 para trabajar como empleadas domésticas de familias acomodadas. Pasan de enfrentarse solas a su nueva vida a vivir en la 6ª planta del mismo edificio donde acaban creando una auténtica familia y un verdadero hogar.  Alegres y llenas de vida, desde su miseria consiguen dar color a las vidas de los burgueses rancios para los que están empleadas.

Tomando como punto de partida un recuerdo del propio director que dice haber sido atendido de pequeño por una empleada española, “Las chicas de la 6ª planta” se desarrolla de forma equivocada perdiéndose en clichés y pasteleos excesivos. En la película, todas las españolas cantan canciones andaluzas rebosando folklore con un clavel prendido en la oreja al margen de que sean de origen gallego. Por otro lado, haciendo comentarios obvios y apolillados sobre la guerra civil española, los autores de la película parecen querer epatar y aleccionar, no solo a sus propios personajes, sino al público en general, resultando la iniciativa algo cansina  e indocumentada.

Rodada en un edificio de Hacienda  abandonado en el que se construyó el piso de la familia protagonista (los Joubert), la entrada de servicio y las pequeñas habitaciones de las empleadas españolas, el casting de la película es sin duda inmejorable. El importante y veterano actor Fabrice Luchini (muy apreciado por el fallecido director francés Eric Rohmer, entre otros), que encarna al protagonista, Mr Joubert,  no borda sin embargo un personaje que no está bien construido. No es el caso de Sandrine Kiberlain (“Mademoiselle Chambon”, 2009) que sí que acierta en su rol de esposa burguesa (Mme Joubert), como lo hacen las actrices españolas en general, aunque pequen de exceso interpretativo en algunas secuencias. Dicho esto, Carmen Maura (ganadora del premio César por este film), Natalia Verbeke y Lola Dueñas gustan en sus papeles, aunque estos resulten a menudo forzados.

“Las chicas de la 6ª planta” es una película con un presentación afable que tiene momentos simpáticos. Pero más allá de ser una comedia amable y sencilla, que es lo que cabe esperar a menudo de las comedias francesas, es una película blanda con un guión inconsistente que pierde interés a medida que avanza su metraje. Rodada en francés y español con actores de ambas nacionalidades, lo que podía haber enriquecido el conjunto sobremanera, el resultado es sin embargo un tanto mediocre. No obstante, ha sido un gran éxito en Francia con una recaudación cercana a los 15 millones de euros.

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